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Martes, 3 de septiembre de 2013

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P. san Gregorio El Grande


1 Tesalonicenses 5,1-6, 9-11
Salmos 27,1, 4 13-14
Lucas 4,31-37

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la ira justificada de dios

"Dios no nos ha destinado para la ira, sino para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo" (1Tesalonicenses 5,9).

Dios es perfectamente justo; los injustos enfrentarán al castigo divino. Ya que nosotros todos hemos pecado y hemos sido injustos; por lo tanto, todos merecemos el castigo y la ira de Dios (Cfr. Ef 2,3).

Sin embargo, nosotros podemos "escapar de la ira que vendrá" al bautizarnos en la muerte justificadora de Jesús y viviendo conforme a nuestro bautismo. De esta manera, nosotros aceptamos que Jesús en su calvario tomó nuestros pecados en Él. "Ahora que hemos sido justificados por su sangre es mucho más cierto que seremos salvados de la ira de Dios" (Rom 5,9).

De esta manera, si nosotros no vivimos nuestro bautismo, sino que desobedecemos a Dios, entonces la muerte justificadora de Jesús por nosotros será en vano (Cfr. 1Cor 1,17). Entonces vamos a tener que tomar nuestro castigo nosotros mismos. "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; el que resiste al Hijo, no verá la vida sino que la ira de Dios permanecerá sobre él" (Jn 3,36).

Si nos reusamos a arrepentirnos de nuestros pecados, nuestro Corazón duro e impenitente estará "acumulando castigo para el día de la ira, cuando el juicio justo de Dios será revelado, cuando El pagará a cada hombre por lo que cada uno ha hecho" (Rom 2,5-6).

Por lo tanto, vive tu bautismo, obedécele al Señor, arrepiéntete y ve a confesarte. La ira de Dios es bien seguro que vendrá, pero tú puedes ser liberado de ella (Cfr. 1Tes 1,10). Den Gracias a Jesús siempre por sufrir y morir en nuestro lugar.

Oración:  Padre, gracias por no haber enviado a tu Hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo (Jn 3,17). Queremos dar nuestras vidas a Él.

Promesa:  "Él comanda a los espíritus inmundos con autoridad y poder y ellos se van" (Lc 4,36).

Alabanza:  El Papa san Gregorio se refería a sus obispos como médicos.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013

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