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Viernes, 3 de octubre de 2025

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Baruc 1:15-22
Salmos 79:1-5, 8-9
Lucas 10:13-16

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¡arrepiente!

“…A nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro… para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas, y nuestros padres. Porque hemos pecado contra el Señor, …no hemos escuchado la voz del Señor… que nos mandaba seguir los preceptos que Él puso delante de nosotros” (Baruc 1:16-18).

   Aunque Jesús estaba libre de pecado (Heb 4:15), comenzó su ministerio público recibiendo el bautismo de arrepentimiento de Juan (ver Mc 1:4, 9). El mensaje inicial y fundamental de Jesús fue: “Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc 1:15). Jesús esperaba que sus milagros llevaran a la gente al arrepentimiento. Declaró: “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza” (Lc 10:13). Jesús contó parábolas sobre el gozo celestial que proviene del arrepentimiento (Lc 15:7, 10). Jesús vivió y murió llamándonos al arrepentimiento. En el primer Pentecostés cristiano, la Iglesia, en su cumpleaños, abrazó el mensaje del arrepentimiento. Cuando a Pedro le preguntaron: “¿Qué debemos hacer?” (Hch 2:37), Él respondió: “Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo” (Hch 2:38).

   De la misma manera, que comprendamos el mensaje básico de Cristo. Que nos arrepintamos, confesemos nuestros pecados y aceptemos a Jesús como nuestro Salvador y Señor. Que también seamos ministros de la reconciliación e invitemos a otros a arrepentirse (2 Co 5:18; ver también Mt 7:5). Que podamos compartir la alegría del cielo por un pecador que se arrepiente (Lc 15:7). Que la sangre que Jesús derramó y la muerte que sufrió para liberarnos de nuestros pecados no sean “en vano” (1 Co 15:2). Seamos un pueblo de arrepentimiento, salvación, libertad, reconciliación, alegría y amor.

Oración:  Padre, bautízame, sumérgeme en el arrepentimiento.

Promesa:  “El que los escucha a ustedes, me escucha a Mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a Mí; y el que me rechaza, rechaza a Aquel que me envió” (Lc 10:16).

Alabanza:  Con solo escuchar a una amiga mencionar su deseo de recibir el Sacramento de la Penitencia fue suficiente para inspirar a Diana a hacer lo mismo.

Referencia:  

Rescripto:  Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de octubre al 30 de noviembre de 2025. Otorgado el 18 de junio de 2025. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.