el desastre de no aprender del desastre
“Porque el que atrajo sobre ustedes estos males les traerá, junto con su salvación, la eterna alegría” (Baruc 4:29)
Cuando ocurre un desastre, algunos pueden preguntarse: “¿Por qué Dios permitió que esto me sucediera?” Una posible respuesta a esta pregunta es: el desastre nos ha sucedido porque nosotros, nuestra familia o nuestra nación hemos “enfadado a Dios” al caer en el pecado de la idolatría (Bar 4:6-7). Hemos hecho que algo sea más importante para nosotros que Dios. Si es así, podemos arrepentirnos y hacer algo para solucionar la causa del problema en lugar de asumir el papel de víctimas y culpar a otras personas por nuestros problemas.
El desastre puede ser un llamado al arrepentimiento (ver Lc 13:3, 5) y al compromiso con el Señor. Dios puede transformar los peores desastres en “eterna alegría” (Bar 4:29) si “una vez convertidos, búsquenlo con un empeño diez veces mayor” (Bar 4:28). Después de un desastre, a menudo quedamos naturalmente traumatizados y paralizados espiritualmente. Sin embargo, a medida que aumenta el pecado, aumenta aún más la gracia (Rom 5:20). Después de un desastre, debemos “aprovechar” la gracia del momento y recurrir al Señor con un celo diez veces mayor. Debemos redimir el tiempo y “aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son malos” (Ef 5:16). Cuando no aprendemos de los desastres, preparamos el terreno para el próximo desastre. Busca a Dios “con un empeño diez veces mayor” (Bar 4:28). Dios promete: ““Yo aparté de ti la desgracia” (Sof 3:18).
Oración: Padre, que no asuma el papel de víctima sino el de vencedor.
Promesa: “No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo” (Lc 10:20).
Alabanza: San Francisco convirtió el desastre de una Iglesia necesitada de una profunda restauración en un acto glorioso de fe y obediencia al volcar su energía en buscar al Señor y servirle.
Referencia:
Rescripto: Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de octubre al 30 de noviembre de 2025. Otorgado el 18 de junio de 2025. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.
