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Domingo, 19 de julio de 2020

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16to domingo de T. Ordinario


Sabiduría 12:13, 16-19
Romanos 8:26-27
Salmos 86:5-6, 9-10, 15-16
Mateo 13:24-43

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Reflexiones Similares

la tentación de caer en la desesperanza

“Colmaste a tus hijos de una feliz esperanza” (Sabiduría 12:19).

   Antes de dar nuestras vidas totalmente a Jesús caminábamos en el valle de la desesperanza. La vida parecía no tener esperanza. Para hacer frente a esto, nos retirábamos a lo que considerábamos bastiones de esperanza – nuestros hijos, trabajo, matrimonio o alguna actividad especial. Estos rayos de esperanza generalmente se iban apagando. Así, tratábamos constantemente de buscar distracciones o alterar nuestra conciencia para ignorar el ruido o a veces para embestir la desesperanza. Cuando veíamos a alguien esperanzado, nos comportábamos sínicamente o queríamos pedirle que defendiera su esperanza (1 Pe 3:15).
   Cuando dimos nuestras vidas a Jesús, “Cristo entró” en nosotros, nuestra “esperanza de gloria” (Col 1:27). Sabíamos que Dios había planeado “un futuro lleno de esperanza” para nosotros (Jer 29:11). También creímos que esta esperanza no nos decepcionaría (Rom 5:5). Sin embargo, ahora tenemos diferentes tipos de tentación para llevarnos a la desesperanza. Por ejemplo, cuando vemos hierbas en el campo del reino de Dios (ver Mt 13:24ss), nos puede causar desaliento y desesperanza. Más aún, cuando vemos que nuestro trabajo por el reino de Dios tiene efectos minúsculos como la pequeña semilla de mostaza; y efectos lentos e imperceptibles como la levadura (ver Mt 13:31-33), tenemos la tentación de perder la esperanza. Pero el Señor continua llenándonos de esperanza. Así que “alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración” (Rom 12:12).

Oración:  Padre, permite que mi fe sea perceptible y que defienda la razón de mi esperanza ardientemente (1 Pe 3:15).

Promesa:  “Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables” (Rom 8:26).

Alabanza:  “Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado” (Is 50:7). ¡Señor Jesús, elogiamos Tu perseverancia!

Referencia:  

Rescripto:  Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de junio al 31 de julio de 2020. Otorgado el 22 de octubre de 2019. Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.