< <  

Miércoles 10 de julio del 2013

  > >
Génesis 41:55-57; 42:5-7, 17-24
Salmo 33:2-3, 10-11,18-19
Mateo 10: 1-7

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

viajes de expiación

"Ahora se nos pide cuenta de su sangre." –Génesis 42:22

En la primera lectura de hoy, nos encontramos a los diez hermanos de José. Se están muriendo de hambre y en prisión (Gén 42:5, 17). Están angustiados (Gén 42:21). Sienten que están siendo castigados por planear la muerte de su hermano José y finalmente venderlo como esclavo (Gén 42:21). Han cargado la culpa por veintidós años. Incluso después de que José perdonó a sus hermanos y trató de promover la reconciliación, permanecieron muertos de hambre espiritual y prisioneros por más de diecisiete años (Ver Gén 50:15). Los hermanos de José hicieron un viaje de expiación durante treinta y nueve años.

Cuando pecamos, debemos hacer un viaje de expiación porque somos culpables, incluso si racionalizamos nuestros pecados sólo estamos atrasando el viaje de expiación. Cuanto más esperemos para iniciarlo, se vuelve peor. El Señor quiere que admitamos nuestra culpa y que vengamos a Él inmediatamente. Un viaje de expiación que nos lleva a Jesús puede durar treinta y nueve segundos en vez de treinta y nueve años. Sin embargo, un viaje de expiación que vaya a cualquier otro lugar se prolonga indefinidamente. El pecado y la culpa no desaparecen por nuestros esfuerzos. Sin embargo, cuando llevamos el pecado y la culpa a Jesús, estos desaparecen permanentemente.

La única forma de deshacerse de la culpa permanentemente es llevarla a Jesús. Haga un viaje de expiación a Jesús inmediatamente. Puede que el viaje dure minutos o segundos.

Oración:  Padre, que pueda ir a Jesús, a la confesión y al cielo.

Promesa:  "Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia." —Mt 10:1

Alabanza:  Joan ha aprendido a afrontar su culpa permaneciendo ante el Señor en vez de negarla y esconderla.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.