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Jueves, 28 de diciembre de 2017

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Día de los Inocentes


1 Juan 1:5-2:2
Salmos 124:2-5, 7-8
Mateo 2:13-18

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recupera tu inocencia

"Les he escrito estas cosas para que no pequen" (1 Juan 2:1).

Jesucristo se convirtió en hombre para vencer la esclavitud y muerte causadas por el pecado. En Jesús, ya no estamos condenados a ser sujetos de la tiranía del mundo, la carne y el demonio (1 Jn 2:16). Jesús ha venido a declarar la victoria de la inocencia sobre el mal; del Espíritu sobre la carne. Pareciera como si la inocencia, una vez perdida, fuera imposible de ser restaurada. La fiesta de los Santos Inocentes no celebra solamente la masacre de bebés inocentes por el rey Herodes, sino también la victoria de dicha inocencia sobre la perversión y el mal.

La fiesta de hoy proclama que no hay libertad más grande que la libertad de la vida en Cristo. Todos aquellos que están en Jesús son libres de pecado. Aunque hayamos pasado muchos años encadenados al pecado, la sangre de Jesús nos limpia. Aunque hace mucho hayamos perdido la inocencia de la niñez, y aunque nuestros pecados estén tan atrincherados, aun así, en la sangre de Jesús nos deja blancos como la nieve (Is 1:18) y nos limpia en la vida sagrada del Señor Jesús.

Así ofrecemos a Jesús nuestra culpa, los corazones manchados de pecado, y Él convierte nuestra muerte en vida, nuestro pecado en santidad, nuestra esclavitud al pecado en "la gloriosa libertad de los hijos de Dios" (Rom 8:21). El Pregón Pascual de la liturgia de la Vigilia Pascual proclama: "El poder santificante de esta noche…reestablece la inocencia a los que han caído".

Raquel, lamentando a su hijo asesinado, piensa que su dolor y pérdida son irreversibles (Mt 2:18; Jer 31:15). Sin embargo, la profecía de Jeremías de los lamentos de Raquel concluye con esto: "Reprime tus sollozos, ahoga tus lágrimas, porque tu obra recibirá su recompensa" (Jer 31:16, 17). En Jesús, tu inocencia perdida puede ser recuperada.

Oración:  Santos Inocentes, enséñenos a vivir inocentemente en Jesús.

Promesa:  "Nuestra vida se salvó como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió y nosotros escapamos" (Sal 124:7).

Alabanza:  Los Santos Inocentes dieron testimonio del Inocente. Fueron los primeros de tantos santos y mártires inocentes que dieron testimonio del Santo de santos.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de julio de 2017.

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