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Miércoles, 14 de enero de 2015

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Hebreos 2:14-18
Salmos 105:1-4, 6-9
Marcos 1:29-39

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dénle la llave de la ciudad

"Y la ciudad entera se reunió delante de la puerta" (Marcos 1:33).

Betsaida era como la mayoría de las ciudades; gran parte de sus habitantes "vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte" (Heb 2:15). Por supuesto, había mucha gente que "sufría de muchos males" (Mc 1:34), incluyendo la suegra de Simón, quien "estaba en cama con fiebre " (Mc 1:30). Además, los demonios habían oprimido al pueblo de Betsaida por tiempos inmemoriales (ver Mc 1:34).

Sin embargo, ese día iba a ser diferente. Jesús vino a la ciudad y los demonios, enfermedades y temores se fueron de la ciudad. Ese fue el mejor día en la historia de Betsaida.

Jesús se levantó muy temprano a la mañana siguiente. Su Padre le dijo que no se quedara en Betsaida, sino que fuera "a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido" (Mc 1:38).

Jesús está dispuesto a venir a tu ciudad. ¿Le darías la "llave de la ciudad" y la llave de tu corazón? Deja que Jesús sea el Señor de tu vida y de tu ciudad.

Oración:  Padre, voy a dejar que sea a tu manera.

Promesa:  "Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando" (Mc 1:35).

Alabanza:  Una iglesia local dio testimonio de Jesús cuando feligreses se unieron en procesión, rezando juntos el rosario mientras caminaban de un extremo al otro de la ciudad en una marcha a favor de la vida.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014

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