El primer grado de la escuela de Jesucristo se trata de la pregunta de Jesús: "¿Quién dice la gente que soy yo?" (Mc 8:27). En el segundo grado, Jesús pregunta a cada uno de nosotros personalmente: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" (Mc 8:29). Para contestar bien a esta pregunta, nosotros debemos tener no sólo el conocimiento de Jesucristo sino también la fe total en Él como el Mesías y Señor (Mc 8:29). En el tercer grado, Jesús plantea la cruz. De nuevo, esto no es simplemente un tema de discurso; es una decisión radical de vivir una nueva vida de amor. "Después dijo a todos: 'El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.'" (Lc 9:23-24).

Pedro suspendió el tercer grado. Él querría un cristianismo sin la cruz. Jesús temporalmente expulsó a Pedro de la escuela, diciéndole: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás!" (Mc 8:33).

Después de negar a Cristo tres veces, Pedro lloró lágrimas de arrepentimiento (Lc 22:62) y finalmente regresó al tercer grado. Eventualmente, Pedro mismo fue crucificado. Él aprobó, se graduó y ascendió a la felicidad eterna del cielo.

¿En cuál grado estás tú? ¿Estás suspendido? ¿Te arrepentirás? ¿Te graduarás? Da totalmente tu vida al crucificado y resucitado Mesías y Señor.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013

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