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Sábado 8 de noviembre de 2014

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Filipenses 4:10-19
Salmos 112:1-2, 5-6, 8-9
Lucas 16:9-15

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administradores

"El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho" (Lucas 16:10).

¿Alguna vez han tratado de ayudar a alguien que ha perdido la confianza en Dios porque se ha desilusionado con otros cristianos? Es difícil confiar una vez nuestra confianza inicial ha sido violada. Por eso, la Escritura dice: "lo que se pide a un administrador es que sea fiel" (1 Co 4:2).

El Señor nos "ha confiado" grandes responsabilidades (ver Mt 25:21).Nosotros, como discípulos de Cristo, tenemos la responsabilidad de "hacer que todos los pueblos sean [sus] discípulos" (Mt 28:19). Se nos invita a alimentar al hambriento (Mt 25:42), liberar a los cautivos (Lc 4:18) y abolir injusticias como el aborto, el racismo, el hambre física y espiritual (Jn 21:15). Esforzándonos por vivir vidas santas, vamos a establecer tal ejemplo público que podremos ser luz en el mundo (Mt 5:14-16).

Nosotros, discípulos de Jesús, le imitamos a Él que es fiel (1 Tes 5:24). Cuando confiamos completamente en Dios, nuestro estilo de vida confiable y fiel es visto por los demás. Este testimonio abre las puertas para que ellos se sientan más dispuestos a confiar en nosotros. Si no confiamos plenamente en Dios, ¿por qué pensamos que los otros van a confiar en nosotros? Si no confiamos en Dios en cuanto a cuántos hijos tener, en las finanzas, en nuestra sexualidad y en nuestro estilo de vida, entonces, ¿por qué nos sorprende la desconfianza?

Sin duda que muchos dudan del Maestro porque nosotros sus discípulos, no reflejamos Su fidelidad. ¡Arrepiéntete! "Confía en el Señor y de todo corazón" (Prov 3:5) o "les hará correr la misma suerte que los infieles" (Lc 12:46).

Oración:  Jesús, como tu embajador para el mundo (2 Co 5:20), que pueda llevar una vida digna de este llamado (Col 1:10).

Promesa:  "Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios" (Lc 16:15).

Alabanza:  En su primer momento al despertar cada día, Sheila empieza rezando el rosario. El Señor ha aprovechado esto para darle una profunda paz en medio de las tormentas de la vida.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de junio de 2014

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