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Lunes, 5 de junio de 2017

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san Bonifacio


Tobías 1:3; 2:1-8
Salmos 112:1-6
Marcos 12:1-12

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fruto y nueces

"Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: 'Respetarán a mi hijo' " (Marcos 12:6).

Dios, el Maestro Bueno, se esforzó en proveer una propiedad para unos inquilinos quienes en poco tiempo se burlaron de Sus mensajeros y mataron a Su hijo (Mc 12:1-8). A los agricultores arrendatarios se les confió una viña para usufructuarla durante la ausencia de Su Dueño. Se les confió mucho y por lo tanto se les va a reclamar mucho más (Lc 12:48). El Propietario tenía el derecho, legalmente, de recibir Su propio fruto de Su Propiedad, así que, envió un mensajero para recibir Su parte del fruto.

Cuando los viñadores golpearon al primer servidor (Mc 12:3), el Propietario pudo haber enviado la policía para desalojar a los viñadores ingratos. Sin embargo, Él envío a Sus profetas para enriquecerlos; esencialmente para permanecer con ellos durante un año más (Lc 13:8). Pero fueron golpeados, burlados y hasta asesinados. Sorprendentemente, el Propietario envió a su Hijo como "último recurso" (Mc 12:6). Es que el Propietario ¿no lo entendía? O el Propietario es tonto o Su amor y gracia supera toda nuestra capacidad de entendimiento.

Jesús compartió la parábola de los viñadores con los líderes religiosos de Su época (Mc 12:12). La intención era instarles a aceptarle como Hijo de Dios. Después de haber dado tantas oportunidades para dar fruto, ¿cómo le respondieron a Jesús sus interlocutores? "Lo ignoraron y se fueron" (Mc 12:12).

Jesús busca los frutos de Su reino en nosotros (Mc 12:2). Debemos arrepentirnos profundamente por todas las veces que hemos escuchado y abandonado a Jesús (Mc 12:12). Seamos Sus discípulos y demos frutos en abundancia (Jn 15:8).

Oración:  Jesús, corta todos mis sarmientos que no dan fruto para dar más fruto todavía (Jn 15:2).

Promesa:  "Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos" (Sal 112:1).

Alabanza:  Al principio san Bonifacio fracasó como misionero y abad pero persistió en su llamado. Él escribió: "Aquello que no podemos lograr por nosotros mismos podemos alcanzarlo con la ayuda de Cristo".

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de marzo de 2017.

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