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Martes, 17 de octubre de 2017

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san Ignacio de Antioquía


Romanos 1:16-25
Salmos 19:2-5
Lucas 11:37-4

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Reflexiones Similares

¿avergonzado de la misericordia?

"No me avergüenzo del Evangelio" (Romanos 1:16).

Estoy sorprendido de que en el fondo no proclamamos la buena noticia con mayor fervor porque estamos avergonzados de que los culpables hayan recibido misericordia inmerecida. El violador, terrorista, abortista, asesino y otro malhechor confiesa su pecado (Sal 32:5), se arrepiente y no peca más (Jn 8:11), acepta y vive su bautismo y sus pecados simplemente se perdonan. Reciben la vida eterna en el cielo (ver Lc 23:42-43). Parece que no reciben el debido castigo. "No hay condenación para aquellos que viven unidos a Cristo Jesús" (Rom 8:1). A los ciudadanos según la ley, eso les puede parecer injusto.

Nuestra sociedad seglar exige justicia y castigo. Solo revisa comentarios en cualquier medio social cuando ocurre un acto grave de injusticia. Las víctimas claman por curación y restitución. Los abogados presionan por daños y perjuicios y aún más. Los espectadores gritan por el castigo, incluso antes del juicio penal.

El Evangelio de Cristo (Rom 1:16) proclama que Jesús es nuestra justicia (1 Co 1:30). Por consiguiente, Él se encarga de toda demanda de justicia de todos los partidos. El Evangelio proclama también que "Dios es rico en misericordia" (Ef 2:4), y que Dios paga los daños y perjuicios que se han producido (ver Jl 2:25). Jesús recibe el castigo en lugar de los pecadores y derrama misericordia sobre el pecador y la víctima.

En lugar de asumir el trabajo de Jesús determinando castigos y restauraciones, nuestro papel es de caer de rodillas ante Jesús e implorar misericordia y justicia. La humanidad es incapaz de la obra que pertenece correctamente al Señor, porque Sus caminos no son los nuestros (Is 55:8-9). Las demandas contradictorias de misericordia y justicia no son problema para Jesús, Quien es Misericordia y Justicia encarnadas.

Oración:  Padre, saca de mi corazón y mente toda vergüenza que exista sobre Tu lujosa misericordia derramada sobre pecadores.

Promesa:  "Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro" (Lc 11:41).

Alabanza:  San Ignacio trabajó por la unidad de cristianos proclamando la Eucaristía.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.

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