El Señor nos ordena situar nuestros corazones en el don espiritual de la profecía "sobre todo" (1 Co 14:1). Aquí hay algunas observaciones bíblicas para meditar mientras buscamos la profecía:

• "Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas" (Am 3:7).
• Dios implacablemente envía a sus profetas para advertir a su pueblo, por si acaso se arrepienten (Jer 26:5; Jon 4:11).
• La profecía sin amor no es nada (1 Co 13:2).
• "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia" (Mt 13:57).
• Los profetas deben ser obedientes, diciendo exactamente lo que Dios ordena, sin omitir nada (Jer 26:2).
• La profecía es un estilo de vida. Isaías, Ezequiel, Elías, Jeremías, Moisés, Oseas y otros profetas tenían que vivir vidas radicales de obediencia y sacrificio para ser profetas de Dios.
• Los profetas no deben desalentarse o sorprenderse por el rechazo.
• Porque la profecía es el mensaje de Dios dicho en el momento perfecto, tiene un gran impacto. Toda Nínive se arrepintió ante la oportuna profecía de Jonás (Jon 3:5ss).
• "Cuando no hay visión profética, el pueblo queda sin freno" (Prov 29:18). Así, los profetas, junto con los apóstoles, forman el cimiento de la Iglesia (Ef 2:20).

En el Bautismo, ustedes fueron bautizados en el ministerio profético de Jesús (Catecismo, 783, 1268). Busquen profecía y edifiquen la Iglesia (1 Co 14:4).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de enero de 2018

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