cómo ir al cielo
"Oí entonces una voz que venía del cielo" (Apocalipsis 14:2).
Para estar con el Señor por siempre en el cielo, debemos:
- decidir tener el nombre del Señor escrito en nuestras frentes (Ap 14:1), es decir, ser bautizados en Su nombre y vivir nuestro Bautismo completa y públicamente,
- cantar un nuevo himno ante el trono de Dios (Ap 14:3) mientras lo adoramos "en Espíritu y en verdad" (Jn 4:24),
- dejar que el Señor nos rescate del mundo (Ap 14:3) y "no amen las cosas del mundo ni las cosas mundanas" (1 Jn 2:15),
- ser "seguir al Cordero donde quiera que vaya" (Ap 14:4), y
- permitir que el Espíritu Santo purifique nuestras vidas, corazones y labios para hacernos santos (ver Ap 14:5; Heb 12:14).
Específicamente, para estar con el Señor para siempre en el cielo, debemos darle al Señor no solo nuestras sobras (ver Lc 21:4), parte de nuestras vidas o la mayor parte de nuestras vidas. Más bien, debemos darle a Él todo nuestro corazón, toda nuestra alma, toda nuestra fuerza y toda nuestra mente (Lc 10:27).
Naturalmente, nos negamos a dar nuestro "todo" al Señor (ver Mc 10:22). Sobrenaturalmente, cuando el Espíritu Santo nos da la gracia para creer que Jesús nos ama tanto que murió en la cruz por nosotros, entonces respondemos con amor y nos entregamos totalmente a Él. Recibimos la nueva naturaleza en la que viviremos con el Señor para siempre (2 Co 5:17). En el amor, entrega "todo" a Jesús y vive siempre con Jesús eternamente en el cielo.
Oración: Padre, que pueda ir a estar contigo en el cielo tan pronto como lo desees.
Promesa: "¿Quién podrá subir a la montaña del Señor y permanecer en Su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón, el que no rinde culto a los ídolos ni jura falsamente" (Sal 24:3-4).
Alabanza: Patrick y su esposa Joan han orado muchos años juntos como equipo para sanar a muchas personas y liberarlas en Cristo.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018
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