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Domingo 25 de agosto de 2013

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21er domingo de Tiempo Ordinario


Isaías 66,18-21
Hebreos 12,5-7, 11-13
Salmo 117,1-2
Lucas 13,22-30

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Reflexiones Similares

¿eres salvo?

"Una persona le preguntó: 'Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?' Él respondió: 'traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.' " (Lucas 13,23-24).

Jesús parece haber señalado que mucha gente podría salvarse. Él dijo: "Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y son muchos los que van por ahí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida y son pocos los que la encuentran" (Mt 7,13-14). Incluso algunos de los que "comieron y bebieron" con Jesús se perderían (Lc 13,26-27). Esto incluye muchos de los que han recibido a Jesús en la Santa Comunión. Inclusive, algunos de aquellos a quienes Jesús enseñó también se perderían (Lc 13,26-27); en ocasiones, algunos que conocen la Biblia y / o tienen una excelente educación cristiana.

Estas afirmaciones de Jesús nos animan y al mismo tiempo nos inquietan. Es fácil sentirse con pocas posibilidades de ver a Jesús cara a cara en el gozo eterno del cielo. Sin embargo, el Señor desea que vivamos con Él para siempre en el Cielo. Jesús murió en la cruz para hacer posible la salvación (Cfr. 1Tim 2,4). Pareciera tan simple como dejar que Jesús haga su obra, y podremos irnos directo al cielo. Pero para que esto suceda, debemos aceptar a Jesús como Señor de nuestras vidas, arrepentirnos de vivir a "nuestra manera" y decidir vivir conforme a la suya. No basta con pensar sólo en nuestra salvación sino también estamos llamados a ir a otras personas e hablarles de Jesús nuestro Señor. Invitarles, con palabra y ejemplo, a entrar por la puerta angosta e ir por el camino áspero que conduce a la vida eterna.

Oración:  Padre, que la muerte de Tu Hijo no sea en vano (Cfr. 1Cor 1,17) para mí, mi familia, vecinos, amigos, feligreses y compañeros de trabajo.

Promesa:  "Avancen por un camino llano, para que el rengo no caiga, sino que se cure" (Heb 12,13).

Alabanza:  ¡Alaben a Jesús, quien abrió las puertas y nos liberó!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 5 de mayo de 2013

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