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Viernes, Agosto 3, 2012

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Jeremías 26:1-9
Salmo 69:5 8-10, 14
Mateos 13:54-58

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el boton rojo del coraje

"Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que Dios le había mandado que dijera a toda la gente, los sacerdotes y los profetas le prendieron, diciéndole, 'De cierto morirás!'" &#151;Jeremías 26:8

Jeremías sabía que sería rechazado y posiblemente asesinado cuando el profetizó que el Templo sería destruido. Sin embargo, Jeremías obedeció al Señor y dijo lo que Dios le ordenó. Jesús sabía que no sería honrado en su pueblo nativo. (Mt 13:57), pero en obediencia al Padre, El fue allá de todas maneras. Nosotros sabemos que cuando hablamos a favor de Jesús, sufriremos las consecuencias que vienen de nuestra sociedad anti-Cristiana. Por lo tanto ¡qué haremos?

Juan Pablo II enseñó: "La Iglesia propone el ejemplo de numerosos Santos que son testimonio y defensores de la verdadera moral hasta llegar al punto de aguantar el martirio, o preferir la muerte antes de cometer pecado mortal" (El Esplendor de la Verdad, 91). "Las palabras del Poeta Latino Juvenal se aplica a todo: 'Considera el mayor crimen preferir la supervivencia al pudor y, por amor a la vida, perder el sentido del vivir'" (El Esplendor de la Verdad, 94).

El Señor nos llama a ser valientes. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía" (2 Tm 1:7). Debemos orar para pedir el coraje de proclamar el evangelio como un deber ( Ef 6:20 )

Como las primeras iglesias cristianas nuestra oración debe ser: "Ahora, Oh! Señor, ten en cuenta la amenaza que dirigen en contra de nosotros. Dale a tus Siervos valentía para predicar tu palabra extiende tus manos para realizar curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu Santo siervo Jesús" (Hch 4:29-30)

Oración:  Padre, que mi amor por Ti sea tan grande de manera que sea valiente sin que pueda ser manipulado.

Promesa:  "Ellos se maravillaban de asombro, y se decían, 'De donde tiene este esta sabiduría y estos milagros?'" — Mt 13:54

Alabanza:  Juan compartió su fe en Jesús en su trabajo por primera vez. En un principio, fue rechazado, pero más tarde un compañero de trabajo, lo conoció realmente y por su testimonio se convirtió.

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012

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