< <  

Miércoles, 18 de noviembre de 2015

  > >

santa Rosa Filipina Duchesne
Dedicación de las iglesias de san Pedro y san Pablo


2 Macabeos 7:1, 20-31
Salmos 17:1, 5-6, 8, 15
Lucas 19:11-28

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

la única manera de derrotar al terrorismo

"Incomparablemente admirable y digna del más glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en un solo día, soportó todo valerosamente, gracias a la esperanza que tenía puesta en el Señor" (2 Mac 7:20).

Los seléucidas que perseguían a los judíos en el momento de la revuelta de los Macabeos eran terroristas. No sólo mataban a sus enemigos, sino que lo hacían de una manera tal como para tratar de intimidarlos. Por ejemplo, no sólo matan a siete hermanos judíos sino que les arrancaron el cuero cabelludo, los desmembraron y los frieron, uno por uno, mientras que obligaban al resto de los hermanos y a su madre a ver cada acto brutal. Los seléucidas planearon utilizar la angustia de la madre para manipular a sus hijos a convertirse en traidores de su fe o al menos poder romper el espíritu de la madre y la nación judía por medio de su terrorismo.

Sin embargo, la guerra sicológica de los terroristas se volvió contra ellos. La relación de la madre con el Señor y con sus hijos era tan fuerte que ella no se quebró bajo presión. Fortaleció a sus hijos a morir heroicamente y los siguió en el martirio. Su fe y la fe de su familia eran tan fuertes que derrotaron a los terroristas. Contrariamente a lo que muchos creen, el terrorismo no es derrotado por el poder militar. Dado que el terrorismo es demoníaco, no puede ser derrotado por medios meramente humanos. Puede ser derrotado solo por la fe en Jesús, especialmente por las familias santas de la fe (Mt 17:20-21). Por lo tanto, debemos convertirnos en discípulos santos llenos de fe en Jesús, o seremos víctimas indefensas, intimidados y manipulados por terroristas.

Oración:  Padre, rechazo el espíritu de temor y acepto el Espíritu Santo (ver 2 Tim 1:6-7; Rom 8:15).

Promesa:  "Él en su misericordia, les devolverá misericordiosamente el espíritu y la vida" (2 Mac 7:23).

Alabanza:  San Pablo se regocijó cuando el evangelio de Cristo se extendió a otros, aun cuando esto aumentó su sufrimiento (Fil 1:17-18).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de junio de 2015.

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.