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Martes, 18 de febrero de 2014

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Santiago 1:12-18
Salmos 94:12-15, 18-19
Marcos 8:14-21

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descansa en el consuelo de jesus

"Cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría" (Salmos 94:19).

Jesús enseñaba que uno de los impedimentos para entender la Palabra de Dios eran las preocupaciones y ansiedades de este mundo. Estas cargas invaden nuestras mentes y ahogan la Palabra en nosotros, razón por la cual no da frutos (Mc 4:19). Muchos de nosotros nos parecemos a Marta. Trabajamos arduamente y nos hacemos responsables de nuestras acciones. De igual manera, nosotros "tenemos ansiedades y corajes por muchas cosas" (Lc 10:41) Las preocupaciones de este mundo no se detienen; este mundo está lleno de preocupaciones que nos acosan sin parar.

La respuesta al Salmo de hoy es un gran consejo para vivir en medio de un mundo de preocupaciones. "Cuando abundan las preocupaciones" nos enfocamos en Dios y en el consuelo que Él ofrece (Sal 94:19 ver también Is 40:1). El consuelo de Dios nos alegra el alma, en especial cuando la angustia nos invade. Su Palabra nos dice: "Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes" (1Pe 5:7). Siempre debemos voltear hacia Dios, no hacia las preocupaciones.

No puedes aferrarte al consuelo de Dios y a tus preocupaciones al mismo tiempo. Arroja tus preocupaciones a los pies de Jesús, y olvídate de ellas. Tus preocupaciones no te darán la alegría, pero Su consuelo, definitivamente lo hará.

Oración:  Padre, yo sé que mis miedos sobre mis problemas y preocupaciones no sirven (Mc 5:36). "ayúdame a creer" (Mc. 9:24) para que me agarre a tu consuelo y nunca lo deje ir.

Promesa:  "Todo lo que es bueno y perfecto es un don de lo alto y desciende del Padre de los astros luminosos, en quien no hay cambio ni sombra de declinación" (Stg 1:17).

Alabanza:  Bernardo es ciego. Sin embargo, Jesús abre sus ojos diariamente justo antes de que él celebre la Misa. Después de la Misa, el nuevamente deja de ver.

Referencia:  (Está enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 8 de augusto de 2013

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