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Lunes, 27 de agosto, 2012

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Santa Mónica


2 Tesalonicenses 1:1-5, 11-12
Salmo 96:1-5
Mateo 23:13-22

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Reflexiones Similares

sufrimiento redentor

"Nosotros mismos hablamos con orgullo de vosotros entre las iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en medio de todas las persecuciones" &#151;2 Tesalonicenses 1:4

Nuestras persecuciones y juicios no siempre son la falla de nuestros perseguidores. Algunas son una "expresión del juicio justo de Dios" por los pecados de los cuales no nos hemos arrepentido (2 Ts 1:5). Por lo tanto, nuestras persecuciones y nuestros juicios deberían llevarnos al arrepentimiento.

Luego de que nos hayamos arrepentidos, podemos sufrir la persecución. De esta manera, hacemos crecer el reino de Dios de una manera excepcionalmente poderosa (2 Ts 1:5). No hay oración, sermón, cura, enseñanza, o servicio que pueda tener más impacto en el crecimiento del reino de Dios, que el arrepentimiento. Fuimos salvados no solo por Su clérigo, sino también por Su sufrimiento. Por lo tanto, es un privilegio especial "no sólo creer en El, sino también sufrir por El" (Flp 1:29). "Antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos" (1 Pt 4:13). "Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios." (1 Pt 4:15-16).

Oración:  "Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder" (2 Ts 1:11).

Promesa:  "Porque grande es el SEÑOR, y muy digno de ser alabado; temible es El sobre todos los dioses." —Salmo 96:4

Alabanza:  Santa Mónica oraba con mucha fe por la salvación de su marido, hijo, y nieto, y décadas después, sus fervientes oraciones fueron respondidas.

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012

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