< <  

Viernes, 22 de septiembre de 2017

  > >
1 Timoteo 6:2-12
Salmos 49:6-10, 17-20
Lucas 8:1-3

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

el privilegio y el costo del discipulado

"Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres..." (Lucas 8:1-2).

Cuando fuimos bautizados, nos convertimos en discípulos de Jesús. Los discípulos acompañan a Jesús. Predican y anuncian "la buena noticia del reino de Dios" (Lc 8:1). Debido a que los discípulos de Jesús "han sido curados de malos espíritus y enfermedades" (Lc 8:2), están ansiosos por usar la autoridad y poder que Jesús les concedió para sanar y liberar a otros (ver Mt 10:1). Los discípulos, también ayudan a los líderes de la Iglesia con sus recursos (Lc 8:3). No se aferran al dinero, más bien, expresan su amor a Dios ofreciendo su dinero a Él y entre ellos (ver 1 Tim 6:10). Los discípulos de Jesús huyen de las tentaciones mundanas (1 Tim 6:11). Se dedican a practicar "la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, y la bondad" (1 Tim 6:11). Los discípulos "han sido llamados" (1 Tim 6:12) a pelear "el buen combate de la fe" (1 Tim 6:12) y a conquistar "la Vida eterna".

Para vivir como discípulos de Jesús debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz cada día y seguir Sus pasos (Lc 9:23). Para convertirnos en discípulos de Jesús, debemos colocar a Jesús en una categoría que solo Él puede llenar y amarlo en grado supremo y único, de tal forma, que al compararlo con otros afectos parezca que odiamos a todo el mundo, incluyendo a nuestros familiares y hasta a nosotros mismos (Lc 14:26). Para ser discípulos de Jesús, debemos renunciar a todas nuestras posesiones (Lc 14:33).

Toma la decisión más importante de tu vida. Decide vivir tu Bautismo y vivir como un discípulo de Jesús.

Oración:  Jesús, gracias por el privilegio de ser Tu discípulo y seguirte hasta la cruz.

Promesa:  "Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición Porque la avaricia es la raíz de todos los males" (1 Tim 6:9-10).

Alabanza:  Cuando necesitaba dinero, José confiaba en Dios y el dinero llegaba de forma inesperada por medio de su primo.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de mayo de 2017.

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.