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Lunes, 8 de Julio de 2013

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Génesis 28:10-22
Salmo 91:1-4, 14-15
Mateo 9:18-26

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Reflexiones Similares

la intimidad de los sacramentos

"Con solo tocar su manto', ella pensó, 'quedaré curada." -Mateo 9:21

El Señor nos atrae "por lazos humanos" (Os 11:4). Él nos permite tocarlo como lo hizo la mujer con hemorragias (ver Mt 9:20). Aunque el cuerpo de Jesús ha ascendido al cielo, el Señor todavía nos lleva de la mano, como tomó de la mano a la hija de Jairo, para resucitarnos de entre los muertos

(Mt 9:25). Nos quedamos "en contacto" con Jesús, y su encarnación se extiende a nosotros ahora, especialmente a través de la Iglesia y los sacramentos.

Algunas personas pueden pensar que tocar, escuchar y ver a Jesús sacramentalmente no es tan bueno como tocarle físicamente en persona. De hecho, es mucho mejor. La mujer con hemorragias fue bendecida con una curación, pero no tiene nada que ver con el increíble privilegio de recibir el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesús en nosotros. La niña resucitada de entre los muertos recibió un gran milagro, pero finalmente murió. Sin embargo, nosotros que vivimos hoy en día podemos ser resucitados de la muerte para siempre dejando que Jesús nos de una nueva naturaleza en el sacramento del bautismo.

Al convertirnos en miembros de la Iglesia, no sólo tocamos a Jesús sino que también nos convertimos en parte de su cuerpo de una manera muy real. Por medio del Espíritu Santo y a través de la Iglesia y los sacramentos, vivimos en Cristo y Él en nosotros (véase Jn 6:56). Celebren los sacramentos. Permanezcan en su amor (Jn 15:9).

Oración:  Padre, que yo pueda tener una relación tan profunda y personal contigo, a través de mi relación sacramental con Jesús, que yo haga cualquier cosa por ti, incluso ser martirizado.

Promesa:  "De todo lo que me dé., fielmente le pagaré el diezmo." — Gn 8:22

Alabanza:  El profundo deseo de recibir diariamente a Jesús en la eucaristía fue el motivo central educativo en el hogar de los Smith.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

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