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Miércoles, 30 de julio de 2014

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san Pedro Crisólogo


Jeremías 15:10, 16-21
Salmos 59:2-4, 10-11, 17-18
Mateo 13:44-46

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Reflexiones Similares

el principio, el medio y el final de la palabra de dios

"Cuando se presentaban tus palabras, yo las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón" (Jeremías 15:16).

Muchos de ustedes al leer Un Pan, Un Cuerpo han encontrado en la palabra de Dios la alegría y felicidad de sus corazones. La experiencia inicial de la palabra de Dios ha sido dulce (ver Ap 10:10; Ez 3:3).

Más tarde, encontrarás que la palabra de Dios no sólo es más dulce que la miel (Sal 119:103), sino también más cortante que una espada de doble filo (Heb 4:12). Muchas personas te odiarán porque el Señor te ha dado Su Palabra (Jn 17:14). Te sentirás solo y abandonado (Jer 15:17). Será un dolor continuo y te sentirás incurablemente herido (Jer 15:18). Tú serás tentado a darle la espalda a Dios y a su palabra. Incluso puedes caer en esa tentación y realmente darle la espalda al Señor. "Por eso, así habla el Señor: Si tú vuelves, yo te haré volver, tú estarás de pie delante de mí, si separas lo precioso de la escoria, tú serás mi portavoz. Ellos se volverán hacia ti, pero tú no te volverás hacia ellos" (Jer 15:19).

Al final, si sigues viviendo y proclamando la palabra de Dios, el Señor "te librará de la mano de los malvados y te rescatará del poder de los violentos" (Jer 15:21). Tendrás la victoria a través de la palabra de Dios. "Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a Aquel que nos amó" (Rom 8:37).

Vive, ama y comparte la palabra de Dios en la alegría, en el sufrimiento y en la victoria.

Oración:  Padre, estoy dispuesto a morir por Ti, por tu verdad y por tu amor (ver Eclo 4:28).

Promesa:  "Y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró" (Mt 13:46).

Alabanza:  San Pedro enseñó: "el nacimiento de Cristo no fue una necesidad, sino una expresión de la omnipotencia, un sacramento de piedad para la redención del hombre".

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2014

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