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Jueves 30 de mayo de 2013

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Eclesiástico 42:15-25
Salmo 33:2-9
Marcos 10:46-52

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quiero ver

"Quiero ver."-Marcos 10:51

¿Tiene usted una visión espiritual 20/20? Al igual que Balaam, ¿es tu visión tan aguda que ves "lo que el Todopoderoso ve, extasiado con los ojos bien abiertos"? (Núm 24:4) ¿Está usted "mirando la gloria del Señor con el rostro descubierto"? (2 Cor 3:18). Muchos cristianos pueden ver lo suficientemente bien como para darse cuenta de que necesitan ver espiritualmente con más claridad. Por eso podemos orar al igual que el ciego Bartimeo: "Quiero ver" (Mc 10:51).

Antes de pedir visión sobrenatural, debemos pedir la misericordia de Dios (Mc 10:47). A menudo, el Señor parece no responder a nuestra oración inmediatamente. Incluso los que nos rodean responden negativamente (Ver Mc 10:48). Sin embargo, debemos perseverar en la oración pidiendo misericordia hasta que el Señor nos conceda el don de ver (Mc 10:49 y siguientes).

Pedimos misericordia antes de pedir esa visión, porque nuestros pecados han provocado la ceguera que padecemos. Por lo tanto, debemos arrepentirnos y recibir el perdón y la misericordia de Dios antes de que se restablezca nuestra visión espiritual.

Esto nos muestra cuán valiosa es la confesión. Ésta nos muestra la diferencia entre ver o estar "cegados por el dios de la época actual" (2 Cor 4:4). Vaya a la Confesión, reciba la misericordia de Dios, abra sus ojos y vea.

Oración:  Padre, permíteme ver la misericordia y ver misericordiosamente.

Promesa:  "El Altísimo posee todo el conocimiento y observa los signos de los tiempos. Él anuncia el pasado y el futuro y revela las huellas de las cosas ocultas." —Eclo 42:18-19

Alabanza:  Tim creció en un pueblo minero de carbón y pasó parte de su infancia y juventud peleando con otros muchachos. Entregó su vida a Jesús y ahora utiliza su rudeza para derrotar a Satanás, dirige ministerios y enseña la verdad de las escrituras sin tapujos y valientemente.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012

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