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Jueves, 25 de mayo de 2017

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Venerable Beda
Papa san Gregorio VII
santa María Magdalena de Pazzi


Hechos 18:1-8
Salmos 98:1-4
Juan 16:16-20

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Reflexiones Similares

solo dedicados al espíritu

"Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra" (Hechos 18:5).

Mañana comienza la Novena al Espíritu Santo, nueve días de intensa oración para prepararse para recibir el gran derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés. Al igual que San Pablo, tenemos que estar absorbidos, es decir, totalmente ocupados con la venida del Espíritu, como si el Espíritu estuviera presionándonos por todos los lados (Hch 18:5). Al igual que los apóstoles y María en la sala de arriba, tenemos que vivir y respirar con el fin de recibir el Espíritu Santo (ver Hch 1:14).

Los nueve días de una novena se pueden comparar a los nueve meses de embarazo. Una mujer embarazada está completamente preocupada con el bebé que crece en su vientre. Ella está en sintonía con los movimientos de su bebé. A medida que pasan los meses, el bebé crece dentro de ella y presiona con más fuerza en ella. Cerca del final del embarazo, lo único que puede pensar es: "Ven, Bebé".

Necesitamos la novena del Espíritu Santo para estar cada vez más sensibles a los movimientos del Espíritu Santo. Este es un tiempo para ir a Jesús y pedirle la gracia de la sed por el Espíritu (ver Jn 7:37-38). No importa cuánto queramos al Espíritu Santo, no es tanto como Dios desea que queramos al Espíritu. A finales de los nueve días, constantemente debemos pensar "Ven, Espíritu Santo". Desee recibir el Espíritu Santo más de lo que una madre quiere dar a luz a su bebé. "¡Ven, Espíritu Santo!"

Oración:  Padre, derrama el Espíritu en mi vida como un maremoto. Llévame en el Espíritu a cualquier lugar que desees.

Promesa:  "Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo" (Jn 16:20).

Alabanza:  Santa María Magdalena rogó sufrir aún más antes de su muerte por amor a Cristo crucificado.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.

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