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Domingo, 21 de mayo de 2017

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6to domingo de Pascua


Hechos 8:5-8, 14-17
1 Pedro 3:15-18
Salmos 66:1-7, 16, 20
Juan 14:15-21

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incendiario

Pedro y Juan "entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo" (Hechos 8:17).

Cerca del final del ministerio público de Jesús, los samaritanos no permitían que Jesús y Sus discípulos pasaran a través de su ciudad, ya que se dirigían hacia Jerusalén. San Juan el Apóstol se indignó. Él le preguntó a Jesús si quería que mandara a caer fuego del cielo para consumirlos (Lc 9:52-54). Jesús lo rechazó, reprendiendo a Juan inmediatamente (Lc 9:55).

Jesús finalmente permitió que Juan bajara fuego del cielo sobre los samaritanos. El diácono Felipe había tomado el evangelio en poder de los samaritanos incrédulos, pues recibieron la palabra de Dios (Hch 8:5ss). "Cuando los Apóstoles estaban en Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo" (Hch 8:14,15). Juan puso sus manos sobre los que antes había deseado incinerar, y el fuego de Dios, el Espíritu Santo, descendió sobre ellos para consumirlos con el amor de Dios (Hch 8:17). Jesús dio a Juan su deseo, pero no de la manera que esperaba Juan. Juan tuvo que someterse a una mayor conversión que los samaritanos.

¿Hay alguna persona que no te importaría que Dios lo quitara de la tierra? ¿Puedes tú imaginarte a Jesús, utilizándote como Su agente para llevar a estas personas a una vida nueva en el Espíritu? Si hemos de amar a nuestros enemigos, necesitamos la misma conversión desgarradora que Juan percibió. ¡Arrepiéntete! Perdona y ama a tus enemigos. "Reciban al Espíritu Santo" (Jn 20:22).

Oración:  Jesús, envía el fuego del Espíritu Santo para quemar la dureza de mi corazón. Que lleve a miles a recibir el Espíritu.

Promesa:  "El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él" (Hch 16:5).

Alabanza:  ¡Alaben a Jesús resucitado, bautizando en el Espíritu Santo! (Mc 1:8)

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de deciembre de 2016.

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