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Viernes, 1 de abril de 2016

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Semana de Pascua


Hechos 4:1-12
Salmos 118:1-2, 4, 22-27
Juan 21:1-14

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sólo los culpables son salvados

"Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación" (Hechos 4:12).

Jesús, por su muerte y resurrección, nos ha salvado (ver Tit 3:5). Para aceptar la gracia de la salvación, debemos creer en Jesús (Ef 2:8). Igualmente debemos admitir nuestra necesidad de ser salvados. Todos hemos pecado (Rom 3:23), y no somos capaces de reparar ni siquiera uno de nuestros pecados, porque los efectos de cualquier pecado son graves y destructivos. Por lo tanto, para admitir nuestra necesidad de salvación, debemos empezar a darnos cuenta de la gravedad de nuestros pecados y admitir nuestra culpa. Si suprimimos la culpa, la negamos o nos volvemos tan inhumanos como para ser incapaces de ser culpables, nunca aceptaremos a Jesús como nuestro Salvador, porque no hemos aceptado la necesidad de salvación.

Por lo tanto, Pedro, en y después del primer pentecostés cristiano, predicó un mensaje de culpa junto con el mensaje de salvación. Él confrontó a los líderes religiosos: "Ustedes crucificaron" a Jesús (Hch 4:10). "Ustedes los constructores" rechazaron la piedra angular (Hch 4:11); "Ustedes incluso utilizaron a los paganos para crucificarlo y matarlo" (Hch 2:23). "Ustedes entregaron y renegaron" de Jesús "en presencia de Pilato cuando éste había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y el Justo y pidieron como una gracia la liberación de un homicida. Ustedes mataron al autor de la vida (Hch 3:13-15).

Haz un viaje corto de culpabilidad. Admite tu parte pecadora en la crucifixión y muerte de Jesús. El destino de tu viaje de culpabilidad es el arrepentimiento, la salvación y la vida nueva en el Cristo resucitado.

Oración:  Padre, hazme lo suficientemente saludable para sentir culpa, y dame la fe para ser salvo.

Promesa:  "Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla" (Jn 21:6).

Alabanza:  Ha resucitado como lo había dicho (ver Mt 28:6). ¡Aleluya al Rey de Reyes!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 21 de enero de 2016.

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