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Jueves, 14 de marzo de 2019

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Esther C:12, 14-16, 23-25
Salmos 138:1-3, 7-8
Mateo 7:7-12

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control de veneno

"¿Quién de ustedes, cuando su hijo… o si le pide un pez, le da una serpiente?" (Mateo 7:9-10).

Jesús menciona en el pasaje del Evangelio que ningún padre le daría a su hijo una serpiente venenosa cuando este le pide un pez (Mt 7:9-10). Ya que, al darle a su hijo una serpiente, el padre no estaría dándole la comida a su hijo, sino que también estaría llenando al niño con veneno mortal. La implicación de Jesús es clara: un padre que ama a su hijo no le dará una serpiente venenosa. Entonces, qué paradoja es leer que Dios envió serpientes a Israel en lugar del alimento que ellos deseaban. Estas serpientes "enviadas" por Dios "en castigo" también son venenosas (Núm 21:6), muerden "y así murieron muchos israelitas" (Núm 21:6). Finalmente, los israelitas se arrepintieron (Núm 21:7). Entonces, el Señor le dijo a Moisés que fabricara algo parecido a una serpiente venenosa y la colocara en un palo. Cuando un israelita había sido mordido miraba a la serpiente, él se recuperaba (Núm. 21: 8-9).

¿Es nuestro Padre celestial, un Padre, que se complace en darle a Sus hijos una serpiente venenosa cuando piden un pez? San Pablo comenta: "No provoquemos al Señor, como hicieron algunos de ellos, y perecieron víctimas de las serpientes... Y está escrito para que nos sirva de lección... Por eso, el que se cree muy seguro, ¡cuídese de no caer!" (1 Co 10:9-12; ver también Sab 16:6). La serpiente levantada en alto prefigura la cruz de Jesucristo. "Tal como Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto", colgando la serpiente de un palo, "así debe ser levantado el Hijo del Hombre, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna" (Jn 3:14-15). Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera (Jn 3:16). Cree en Jesús, arrepiéntete de tus pecados y recibe la vida eterna.

Oración:  Padre, que pueda confiar en Ti y abrazar con amor las cruces que me envías.

Promesa:  "Tu mano derecha me salva" (Sal 138:7).

Alabanza:  Jesús sanó al niño Larry de asma.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 16 de julio de 2018

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