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Martes, 17 de diciembre de 2013

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Génesis 49:2, 8-10
Salmos 72:1-4, 7-8, 17
Mateo 1:1-17

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todo en la familia

"¡Genealogía de Jesucristo!" (Mateo 1:1).

La genealogía de Jesús que leemos en el pasaje evangélico de hoy muestra que nuestro Señor vino del linaje real de David; lo que demuestra que cumple los requisitos para ser el Mesías. Además, Jesús murió como "rey de los judíos" (Jn 19:19). Entonces, desde un punto de vista humano, Jesús tiene sangre real. Desde un punto de vista divino, Jesús también tiene sangre real. Él reina en el cielo como "rey de los reyes y señor de los señores" (Ap 19:16).

Cuando somos bautizados en Jesucristo, nos convertimos en hijos e hijas de Dios (CIC 1997). Ahora somos parte de su familia real, la familia de Dios (CIC 1268; 1 Pe 2:09). Cuando hacemos la voluntad de Dios, nos convertimos en miembros de árbol genealógico de Jesús (Mt 12:50). Nosotros heredamos las promesas dadas a Abraham y su familia (Rom 4:13, 16, 23-25). Ahora que somos miembros de la familia de Dios, tenemos que aprender a comportarnos como corresponde a los miembros de "la Iglesia del Dios viviente" (1 Tim 3:15). Miembros de la familia deben vivir una vida que da honor a la familia y nunca se comportan de maneras que deshonran la familia.

Como miembros de la familia de Dios, todos tenemos el privilegio de comer en la mesa familiar, que es el banquete de la Eucaristía, la Misa. Esta es la mayor comida familiar del mundo y la más maravillosa y satisfactoria. ¡Somos hijos e hijas de Dios! Alegrémonos de que nuestros nombres están escritos en los cielos, en la genealogía de Jesucristo (Mt 1:1; Lc 10:20).

Oración:  Padre, te ofrezco el resto de mi vida. Que nuestra familia crezca numerosa gracias al amor que compartimos.

Promesa:  ¡Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz! (Sal 72:17).

Alabanza:  ¡Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación!

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013

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