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Lunes, 15 de octubre de 2018

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santa Teresa de Jesús


Gálatas 4:22-24, 26-27,31-5:1
Salmos 113:1-7
Lucas 11:29-32

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Reflexiones Similares

el signo es la longitud de la fila

"Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás" (Lucas 11:29).

Para los fariseos que deseaban una señal deslumbrante y milagrosa, Jesús ofreció la señal de Jonás. ¿Cuál es el signo de Jonás? Era un signo con dos significados. Primero, fue un signo de la Resurrección de Jesús. Jonás fue sumergido en el agua en el vientre de un pez grande, y fue entregado sin accidente a la tierra en el tercer día (Jon 2:1,11). Segundo, otra señal de Jonás el arrepentimiento. Toda la población de la ciudad pecaminosa de Nínive, 120,000 personas, se arrepintió al escuchar la palabra profética de Jonás (Jon 3:4-5, 4:11).

Uno de los mayores signos es un corazón arrepentido. Ver muchos corazones arrepentidos es un signo fenomenal que era difícil pasar por alto. Es por esto que un pecador que se arrepiente trae gran gozo en el cielo (Lc 15:7, 10). Los recaudadores de impuestos y las prostitutas, los más públicos de los pecadores, se arrepentían y recurrían a Jesús y a Dios. Sin embargo, los fariseos erraron este signo, incluso cuando Jesús se lo señaló (Mt 21:31).

Quizás muchos no se dan cuenta de que el Señor está trabajando en la actualidad porque no ven a la gente arrepintiéndose de sus pecados y cambiando sus vidas. Si los pecadores arrepentidos son el signo que Dios nos da y que podría atraer a las personas a Dios, entonces arrepintámonos y hagamos fila para la Confesión. Alarga la fila para la Confesión arrepintiéndote de tus pecados e invitando a otros a la Confesión. Sé un signo. ¡Arrepiéntete!

Oración:  Padre, crea en mí un corazón limpio (Sal 51:12) para que sea un ministro de reconciliación para toda la vida (2 Co 5:18).

Promesa:  "Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud" (Gál 5:1)

Alabanza:  San Teresa luchó contra el mal dentro y fuera de la Iglesia. Ella enseñó: "La oración es un acto de amor, las palabras no son necesarias... todo lo que se necesita es la voluntad de amar".

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018

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