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Sábado, 4 de enero de 2014

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santa Isabel Ana Seton


1 Juan 3:7-10
Salmos 98:1; 7-9
Juan 1:35-42

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el nombre de la confirmación

"Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: 'Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas (que traducido significa Pedro)'" (Juan 1:42).

Siendo un adolescente de trece años que me preparaba para la Confirmación, no conocía nada de la vida de los santos. Mi madre misericordiosamente, me sugirió el nombre de Francisco para mi Confirmación. Habían dos santos con ese nombre, san Francisco de Asís y san Francisco de Sales y me sentí más atraído por el segundo. Décadas más tarde aprendí que san Francisco de Sales publicó muchos folletos religiosos, es el santo patrón de los escritores y también de la Arquidiócesis de Cincinnati (donde se publica Un Pan, Un Cuerpo). ¡Glorifico al Señor que me nombró Francisco en la Confirmación y me guió hacia el patrón perfecto para el ministerio de mi vida! El Señor no me vio como un joven despistado sino más bien como la persona que podría llegar a ser servidor de Jesús y me dio un nuevo nombre para corresponder con la parte.

Jesús cambió el nombre de Simón por Pedro que significa 'Piedra' en arameo, el lenguaje hablado en ese tiempo en Galilea o Petros en griego, también traducido como 'Piedra'. Jesús vio a Simón no como él era, sino como el hombre que llegaría a ser, el líder y piedra de la Iglesia. A menudo las órdenes religiosas establecen cambiar de nombre a un nuevo miembro. El Señor está trabajando a través de ese cambio. Con el cambio de nombre también viene su llamado.

Glorifico y agradezco a Jesús porque Él ve más allá de nuestras caídas pasadas y presentes, debilidades y pecados. Él nos ve como realmente hijos o hijas de Dios. Jesús nos ama por lo que somos, pero nos hace un llamado celestial (Fil 3:14) a ser sus discípulos fructíferos.

Hoy, recuerda el nombre de tu Confirmación. Con ese nombre has sido confirmado en el Espíritu Santo. Vive conforme a tu nuevo nombre, por el que Cristo te ha llamado, para que seas reconfirmado en el Espíritu.

Oración:  Padre, que pueda convertirme en la persona que ves cuando me miras. Que pueda reactivar mi nuevo nombre.

Promesa:  "El que practica la justicia es justo, como él mismo es justo" (1 Jn 3:7).

Alabanza:  Santa Isabel ayudó a muchos a construir una base sólida mediante una educación católica.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.