misericordia que sana
"Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente'. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal" (Mateo 5:38-39).
En una de sus charlas, el Papa Juan Pablo II comentó que parecía que había menos milagros de sanación en Lourdes, el centro principal de sanación en el mundo. Él pensaba que esto indicaba que había menos sanaciones en el mundo, en general. El Papa, añadía, que sería muy difícil determinar cuántas personas eran sanadas. Asumiendo que la observación del Papa esta correcta. ¿Por qué hay tan pocos milagros de sanación?
- Milagros de sanación, especialmente para cristianos, muchas veces son basados en nuestra Fe. (Cfr. Mt 9:22). Tal vez nuestra fe está débil.
- Milagros de sanación acompañan la proclamación de la Palabra de Dios (Cfr. Mc 16:15-18). Nuestra idea de lo que implica evangelizar puede limitar las oportunidades para sanar.
- El Señor usa la tecnología medicinal para sanar. Pero, muchos no reconocen que es Dios, y no la tecnología, quien los sana.
- Nadie merece el milagro de sanación. El Señor nos sana por su misericordia. El Señor nos sana en su misericordia. Misericordia se le ofrece especialmente al misericordioso (Cfr. Mc 5:7). La cultura de muerte en que vivimos, es muchas veces egoísta y rencorosa. Mucha gente, incluyendo los católicos, todavía creen en el "ojo por ojo, y diente por diente" (Cfr. Mt 5:38). Nosotros exigimos justicia, aun cuando el precio sea la ejecución de algunos criminales. "Si un hombre mantiene su enojo contra otro, ¿cómo pretende que el Señor lo sane?" (Eclo 28:3). ¿Dará Dios su misericordia y sanación a aquellos que no son misericordiosos?
Oración: Padre, que yo quiera que mi peor enemigo sea bendecido, amado, sanado y salvado.
Promesa: "En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación" (2Cor 6:2).
Alabanza: Orando por su hijo, Rafael vio como la fiebre de su hijo bajaba a medida que su confianza en Dios aumentó.
Rescripto: †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013
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