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Miércoles, 2 de agosto de 2017

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san Eusebio de Vercelli
san Pedro Julián Eymard


Éxodo 34:29-35
Salmos 99:5-7, 9
Mateo 13:44-46

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Reflexiones Similares

auras

"Su rostro se había vuelto radiante" (Éxodo 34:35).

"Cuando Moisés bajó de la montaña del Sinaí, trayendo en sus manos las dos tablas del Testimonio" (Éxodo 34:29), tuvo el primer halo que se haya visto. Consiguió este halo conversando con Dios (Éxodo 34:29) y en ocasión de recibir los Diez Mandamientos.

Como Moisés, debemos recibir aureolas. De hecho, tenemos una mayor oportunidad de recibir un halo que Moisés (ver Mt 11:11), porque tenemos acceso al Espíritu Santo (ver 2 Co 3:7-8,18). Recibimos nuestras aureolas al ser bautizados, viviendo en la fe, creciendo en santidad por medio de la conversación con Dios y especialmente mediante la obediencia a Sus mandamientos.

Así, obedecer al Señor no es una carga (ver 1 Jn 5:3); más bien, es una oportunidad salvadora para santificarnos, recibir un halo y vivir con Dios para siempre. Obedecerle es nuestro deleite (Sal 40:9). El Señor no tuvo que elegirnos para obedecerle. Podría haberse sentido bien sin nosotros. Tenemos el privilegio de tener la oportunidad de obedecer al Señor.

Gracias a Dios podemos obedecerle. Entonces, obedécele y brilla con tu halo.

Oración:  Padre, hazme resplandecer de amor por Ti.

Promesa:  "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra" (Mt 13:44).

Alabanza:  San Pedro Julián Eymard fundó la Congregación del Santísimo Sacramento, comunidad dedicada a la adoración eucarística.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 15 de mayo de 2017.

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