< <  

Sábado, 30 de junio de 2018

  > >

Los primeros mártires de Roma


Lamentaciones 2:2, 10-14, 18-19
Salmos 74:1-7, 20-21
Mateo 8:5-17

Ver Lecturas en Inglés
Reflexiones Similares

el día del"ajuste de cuentas"

"El Señor devoró sin piedad todas las moradas de Jacob; derribó en su indignación las fortalezas de la hija de Judá" (Lamentaciones 2:2).

Jesús vino a esta tierra "para destruir las obras del demonio" (1 Jn 3:8). Las obras de Satanás no pueden estar al lado de las de Dios. Cualquier cosa construida sobre una base del mal debe primero ser derribada y destruida. Por lo tanto, el trabajo inicial de Jesús debe ser el de un equipo de demolición. Primero, Él necesita hacer una reconstrucción total de la estructura existente, si no está fundada en Él. Solo entonces Él pondrá unos nuevos cimientos y edificará Su reino.

Jesús tiene celo por su casa (Jn 2:17). Como carpintero, Él está decidido a construir las cosas de la manera correcta, y así tendrá que arrancar y cortar una base inestable (ver Lc 13:9). Él limpia la tierra (Mt 3:10) completamente y a fondo. Él edificará Su reino, y nada resistirá que se oponga a Su obra.

Si algo en tu vida se opone al reino de Dios, no tienes que esperar a que Jesús "haga una ruina" de esta. Tú puedes convertir en ruina algo de ti mismo para preparar el camino del Señor. Pídele a Jesús que te muestre lo que necesita ser eliminado de tu vida. Luego, "allanen sus senderos" (Lc 3:4). Hagamos la destrucción nosotros mismos para que Jesús pueda pasar su tiempo construyendo.

Oración:  Padre, haz en mí y por medio de mí lo que desees.

Promesa:  "Él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos" (Mt 8:16).

Alabanza:  Los primeros mártires de Roma derramaron su sangre por Jesús, lo cual ha dado grandes frutos en preparar a Roma para ser el hogar de la Iglesia Católica.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de diciembre de 2017.

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.