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Sábado, 12 de marzo de 2016

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Jeremías 11:18-20
Salmos 7:2-3, 9-12
Juan 7:40-53

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¿en el momento preciso?

"Nicodemo, uno de ellos, que había ido a ver a Jesús, les dijo: '¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?'" (Juan 7:50-51).

En el Evangelio de Juan, Nicodemo se presenta como "miembro del Sanedrín" que vino a visitar a Jesús de noche (Jn 3:1-2). Más tarde, Nicodemo se nombra como "el hombre que visitó a Jesús" (Jn 7:50). Después de muerto Jesús, Nicodemo vino a darle sepultura, y de nuevo se le menciona como "el hombre que lo vino a ver de noche" (Jn 19:39).

Lo malo de Nicodemo es que era cobarde. Las burlas de los Fariseos lo silenciaban (ver Jn 7:52). Él no estuvo con Jesús en la cruz, pero vino "más tarde" con José de Arimatea a llevarse el cuerpo de Jesús (Juan 19:38-39). Juan tal vez incluyó a Nicodemo cuando dijo: "Muchos creyeron en él, aún entre las autoridades, pero a causa de los fariseos no lo manifestaron, para no ser expulsados de la sinagoga. Preferían la gloria de los hombres a la gloria de Dios" (Jn 12:42-43).

Lo bueno de Nicodemo fue que probablemente sí vino a Jesús y nació de lo alto por el agua y el Espíritu y por lo tanto entró al reino de Dios (Jn 3:3-5). La extravagancia de Nicodemo fue haber traído cien libras de mirra y aloes con que enterrar a Jesús, una cantidad digna de un rey, fue quizás una indicación no solo de su culpa sino también de su conversión (Jn 19:39).

Sé como Nicodemo. Dale tu vida a Jesús totalmente. No seas como Nicodemo. Dale tu vida a Jesús ahora.

Oración:  Jesús, vengo a Ti de día y de noche. Vengo a Ti siempre.

Promesa:  "Señor, Dios mío, en Ti me refugio: sálvame de todos los que me persiguen" (Sal 7:2).

Alabanza:  Los padres de Tomás nunca cesan de orar continuamente para el retorno de su hijo a la fe de su infancia.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de noviembre de 2015.

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