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Lunes, 9 de diciembre de 2013

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Fiesta Inmaculada Concepción


Génesis 3:9-15; 20
Efesios 1:3-6; 11-12
Salmos 98:1-4
Lucas 1:26-38

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Reflexiones Similares

"m" de victoria

"Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo" (Efesios 1:3).

Después del primer pecado Dios prometió que no importa cuán malas se vean las cosas, aún tenemos una gran ventaja. Nosotros aplastamos la cabeza del diablo, él únicamente puede morder nuestros talones (Gen 3:15; Rom 16:20). No importa cuán manchados y sucios estemos por el pecado, todavía estamos llamados a ser "santos e irreprochables en su presencia" (Efe 1:4), "sin mancha ni arruga y sin ningún defecto" (Efe 5:27). Podemos "en todo esto obtener una amplia victoria, gracias a Aquél que nos amó" (Rom 8:37), "porque no hay nada imposible para Dios" (Lc 1:37).

Sin embargo, encontramos que las promesas gloriosas de victoria de Dios son difíciles de creer. A menudo, nuestras experiencias diarias son largas rachas de pérdidas en vez de una cadena imparable de victorias. En un mundo de muerte, hambre, abortos, racismo, guerra, divorcio, alcoholismo, familias desintegradas y explotación, nos vemos como perdedores, no ganadores. Estamos tentados a caminar en la presencia de nuestras experiencias más que por la fe en las promesas de Dios. Necesitamos valentía.

María es un signo y un ejemplo glorioso de la victoria de Dios. Ella fue invicta e inmaculada desde el comienzo hasta el final, desde su inmaculada concepción hasta su gloriosa asunción. Siempre estuvo en el equipo ganador porque siempre permitió que Jesús peleara sus batallas. Observa a María. Mira lo que Jesús hizo por ella. Cree y recibe la victoria total en Cristo.

Oración:  Jesús, Te damos gracias por darnos a María y a otros cristianos victoriosos que nos inspiran a perseverar.

Promesa:  "María dijo entonces: 'Yo soy la servidora del Señor que se cumpla en mí lo que has dicho' " (Lc 1:38).

Alabanza:  Sally amaba fervientemente a la Santísima Madre. Después de una vida de amor fiel, Jesús se llevó a Sally de esta vida en la Fiesta de la Inmaculada Concepción de María.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de julio de 2013

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