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Sábado, 8 de Diciembre de 2012

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Inmaculada Concepción


Génesis 3:9-15, 20
Efesios 1:3-6, 11-12
Salmos 98:1-4
San Lucas 1:26-38

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imaculadamente recuperado

"Dios nos eligió en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables" (Efesios 1,4).

Tenemos que hacernos "perfectos en santidad" e "irreprochables ante la llegada de nuestro Señor Jesucristo" (1Tes 5,23). El Señor regresará para encontrarse con una "Iglesia resplandeciente, santa e imaculada, sin mancha ni arruga y sin defecto alguno" (Ef 5,27). Si hemos de ver al Señor cara a cara en el cielo (Heb 12,14), tenemos que llegar a ser inmaculados y santos en todo aspecto de nuestra conducta (1Pe 1,15).

Llegamos a ser inmaculados y santos al ser bautizados en Cristo, así recibimos una nueva naturaleza. Cuando pecamos, despues de recibir la nueva vida en Cristo, es posible recuperar esta gracia mediante el arrepentimiento, confesando nuestros pecados y aceptando el perdón de Dios. Cuando vivimos en Cristo, resistiendo las tentaciones, arrepintiéndonos de nuestros pecados y siendo purificados, es posible acercarnos cada vez más a ser inmaculados. Si le hemos entregado completamente nuestra vida a Cristo, pero a la hora de nuestra muerte no estamos completamente inmaculados, entonces quedaremos libres de toda mancha en el purgatorio después de la muerte. Por la gracia de Dios, podemos ser imaculados y ver la cara del Señor en cielo (Heb 12,14).

Este día solemne en que celebramos la Inmaculada Concepción de María, comprendemos tanto la necesidad como la esperanza de ser inmaculados. Dios hizo a María inmaculada desde su concepcion. Ese hecho nos da motivo para creer que Él también nos puede hacer inmaculados, después de nuestra concepción, durante nuestras vidas o, si es necesario, después de la muerte. "Oh María, concebida sin pecado, ora por nosotros que recurrimos a ti."

Oración:  Padre, "lávame completamente de mi culpa y límpiame de todos mis pecados" (Sal 51,4).

Promesa:  "Que se haga tu voluntad en mi vida, Señor" (Lc 1:38).

Alabanza:  Alabado seas Jesús, Hijo de Dios, Hijo de María, inmaculadamente concebida.