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Sábado, 22 de noviembre de 2014

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santa Cecilia


Apocalipsis 11:4-12
Salmos 144:1-2,9-10
Lucas 20:27-40

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Reflexiones Similares

la vida después de la muerte

"En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que sean juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casarán" (Lucas 20:34-35).

Durante la persecución de los cristianos por el emperador Domiciano, el libro de Apocalipsis fue escrito para animarlos a permanecer fieles a Jesús. Muchos habían perdido la vida y se encontraban entre los primeros mártires del cristianismo.

San Juan nos presenta a dos testigos como Moisés (Ex 7:17-20; Ap 11:6) y Elías (1 Re 18:36-40; Stg 5:17; Ap 11:6); los mismos individuos que aparecieron en la transfiguración con Jesús (Mc 9:4). Él quiere enfatizar que éstos han resucitado de entre los muertos e ido al cielo. La referencia a los tres días y medio (Ap 11:11) se refiere al tiempo de las tribulaciones similares a los tres años y seis meses durante los cuales, los Macabeos se rebelaron contra Antíoco Epífanes IV en el año 165 AC. Los testigos triunfaron sobre sus enemigos y fueron al cielo (Ap 11:12).

Los fariseos creían en la resurrección del cuerpo, mientras que los saduceos la negaban (Lc 20:27). Hoy se oyen muchas teorías extrañas, como la reencarnación, que niegan la resurrección del cuerpo y, en cierto sentido, la inmortalidad del alma. Las Escrituras son muy claras acerca de la vida después de la muerte. La continuación de la vida es la que da sentido a la mortalidad humana. La Eucaristía es ya un anticipo de la continuación de la vida. La Eucaristía es prenda de nuestra gloria futura. Cree en la resurrección. Vive en esa esperanza, con el fin de ser fuerte mientras sigues a Jesús.

Oración:  "Bendito sea el Señor, mi Roca, el que adiestra mis brazos para el combate, y mis manos para la lucha" (Sal 144:1).

Promesa:  "Porque Él no es Dios de muertos, sino de vivos; todos, en efecto, viven para Él " (Lc 20:38).

Alabanza:  Santa Cecilia, su marido y su hermano todos fueron coronados como mártires y alaban a Jesús para siempre en el gozo eterno.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de junio de 2014

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