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Miércoles, 12 de octubre de 2016

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Gálatas 5:18-25
Salmos 1:1-4, 6
Lucas 11:42-46

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el versículo clave de las escrituras

"Porque a nosotros, el Espíritu, nos hace esperar por la fe los bienes de la justicia" (Gálatas 5:25).

Algunas veces hemos notado que muchos versículos de los pasajes de las Escrituras leídos durante la celebración diaria de la Misa son agradables inclusive aun para los paganos, los humanistas seculares y los católicos separados. Por ejemplo, en la lectura del Evangelio de hoy, Jesús denuncia la hipocresía de los fariseos y advierte a los doctores de la ley no imponer cargas insoportables sin ayudar a los demás (Lc 11:43-46). Ciertamente, muchos anti-cristianos estarán de acuerdo con Jesús en estos dos puntos. En la lectura de hoy en Gálatas, los primeros frutos del Espíritu detallados son amor, alegría y paz (Gal 5:22). Casi todo el mundo cree en el amor, la alegría y la paz, aunque puedan definir estas palabras de forma muy diferente a lo que lo harían los cristianos. De igual forma, muchos no cristianos y algunos cristianos rechazan rabiosamente alguna porción del contenido de las lecturas diarias de las Escrituras. Si obedecemos al Seňor en estos pasajes difíciles, entonces estaremos dejándonos conducir genuinamente por el Espíritu (Gal 5:25).

Para la mayoría de los cristianos, el versículo clave de la Escritura de hoy es Gálatas 5:24: "porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos". El Seňor nos ordena aceptar Su gracia al crucificar la carne, las pasiones y los deseos. Aunque alguna gente cree en deponer los deseos carnales y no satisfacer sus concupiscencias (ver Ef 2:3), la idea de "crucificar la carne" raya en el extremismo y fanatismo para aquellos programados dentro de esta "cultura de la muerte". Aquí es donde los verdaderos cristianos se levantan. Obedezcamos incluso los versículos más difíciles, vivamos por el Espíritu y sigamos la dirección del Espíritu. Sigamos las instrucciones reveladas en Gálatas 5:24 y 5:25.

Oración:  Padre, envía el Espíritu para convencer al mundo sobre el pecado (Jn 16:8) y permíteme crucificarme para el mundo (Gal 6:14).

Promesa:  "Porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos" (Gal 5:24).

Alabanza:  Pasaron años hasta que Sara oró para que su hermana regresara de nuevo a la Iglesia, ella nunca se rindió.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 28 de junio de 2016.

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